
Hace más de 7 años que en Keli nos propusimos crear un espacio donde poner el altavoz en personas creativas e inspiradoras. Así nació Sopars en positiu y es un placer ver cómo edición tras edición, este evento se consolida enganchando a personas nuevas.
Esto es lo que sentimos los que organizamos Sopars en positiu la noche del pasado miércoles 30/10. Nos sentimos las personas más afortunadas del mundo, así que antes de empezar, un inmenso GRACIAS a todos los que lo hicisteis posible.
Tras el cuerpo liviano, ligero y delicado de Emma Barthe hay una presencia inmensa. Esto te sorprende y te seduce cuando la conoces. Tiene una voz suave, parece casi un susurro, pero sus palabras tienen un contenido enorme y potente. Se mueve de forma de discreta como si fuera una bailarina de ballet clásico, pero tiene personalidad poderosa que acapara toda la atención. Un flequillo despeinado le hace de pantalla entre la cara y el mundo, pero unos ojos a los que no escapa ni un detalle. Emma se expresa con una educación exquisita, pero de pronto te suelta un taco que te deja con la boca abierta. Rápidamente se disculpa de nuevo con su voz fina, pero soltarlo, ya lo ha soltado 🙂

Esta especie de pugna entre lo físico y lo esencial me sorprendió cuando la primera vez que me encontré con ella y me resultó un aspecto muy atractivo de su personalidad. Con la oportunidad de compartir un rato charlando durante Sopars en positiu, no hizo sino crecer esta sensación de que su aura es muy grande y de que sabe muchas, pero que muchas cosas. Sabe interpretar y comunicar las historias de tal manera que consigue que dejen en ti una huella duradera y profunda.
De su trayectoria profesional especializada en la psicología clínica y centrada en unidades oncológicas de prestigio, Emma nos cuenta que trabajar con personas con enfermedades tan graves, le ha permitido conocer al ser humano más despojado de artificios. Cuando eres consciente de que te estás muriendo o de la gravedad de tu enfermedad, te centras solo en lo que realmente importa.
Trabajar con personas en este punto de la vida ha sido una oportunidad de aprendizaje que Emma sin duda ha aprovechado. Se nota en cómo relativiza lo superfluo y dramático, dando importancia a los pequeños detalles que realmente merecen la pena pero con la mirada puesta y enfocada en lo profundo y esencial de la vida.
Y de este punto de partida emanan muchas de las cosas que compartió con nosotros a lo largo de la cena. Como la posibilidad de reinventarnos como personas cuando nos plazca. Simplemente reescribiendo un guión, como el caso de la pareja que habían dejado de hablarse con cariño. O la necesidad de conocernos a fondo, para poder jugar bien las cartas de nuestra partida de póquer, y estar alerta cuando llegue un momento de crisis y poder gestionarla a nuestro favor. Como el caso de la malograda chica de la discoteca. O la bonita historia de prepararte no solo tú sino también a los tuyos para la muerte, que nos contó en forma de la relación de amor y complicidad entre Ramón y su mujer que le cocinaba judías para que estuviera fuerte y no se le fuera. O cómo la anécdota de lo absurdo que es andar todo el día preocupado por el “qué pensarán” cuando en realidad, los demás ni siquiera nos ven, ya que su prisma les ofrece un punto de vista que nunca podrás controlar ni entender.
Todas estas anécdotas, historias y personajes han ido desfilando y asomando por mi cabeza desde que Emma me los presentó. Los he compartido, he pensado en ellos y me han ayudado a tomar alguna decisión. Esta es la mejor prueba de que las palabras de Emma eran poderosas. Sus historias llenas de bonitas y útiles enseñanzas, ya forman parte de la vida de los compartimos esa cena.
Otra de las ideas que me gustaron de Emma es la de que somos una máquina y de que a veces las máquinas se escacharran y punto. Ni místicas, ni poder de la mente, ni leches. La máquina se estropea en algunos casos, y palmas. Y eso está bien, porque el discurso que acaba casi criminalizando al enfermo por la enfermedad que casi se ha causado, me parece muy peligroso, injusto y muy triste. Aunque claro, después de ver infinidad de casos, Emma también nos cuenta haber visto numerosas curaciones o remisiones que escapan a cualquier explicación médica. Emma las llamaba personas a las que el cáncer había venido a avisar, pero no a llevarse.
Y para terminar, una frase de estas que deberíamos repetirnos de vez en cuando (o a diario, mejor!): medita menos y ama más!
Además de Emma y las magníficas personas que se sentaron alrededor de la mesa de Sopars en positiu, queremos agradecer un millón de veces a Laura y Miquel de The Inspiration House, que son, además de unos amigos maravillosos, los mejores anfitriones. También a Carlota Riba que nos mimó los sentidos con una cena riquísima!
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Janina
en dijo
Sopars en positiu .. “Nutrir el espiritu mas allà de cuerpo”
Llegas y los anfitriones Ventura y Queta ya te conquistan con esa casi insultante sonrisa de la gente que se sabe feliz .. un invitado en este caso Emma que te hipnotitza con su voz y sus historias … 20 desconocidos que por la alquimia del entorno se vuelve tus BBF mas mejor es amigos durante las tres horas que compartimos ese espacio . Una sensacion de bienestar que se te queda dentro… ¿Para cuando la próxima cena ?
Ventura
en dijo
🙂 para ya!!Gracias por acompañarnos!