El mar, el mar

Los gurús de la autoayuda siempre dicen que la felicidad se encuentra en el camino y no en el destino. Pues me temo que este ático contradice esta teoría. El camino puede ser arduo pero cuando llegues a tu destino, a tu hogar vas a encontrar la felicidad en mayúsculas. Porque felicidad es tener vistas al mar, es que te espere una terraza con olor a sal, es luz y aire marino, es espacio para tener todo en tu sitio, es disponer de estancias bien iluminadas y ventiladas… Felicidad es cocinar con luz natural, es desayunar tomando el sol en noviembre, es ver que tu casa se tiña de rosa cuando se pone el sol o de morado cuando sale. Felicidad es observar los veleros desplazarse al ritmo del viento, oír cómo charlotean las gaviotas o pasear por la playa a horas en que es toda para ti. Si te seduce lo que te cuento no encontrarás muchas casas que reúnan estos requisitos para hacer realidad tu ideal de felicidad, es verdad que tendrás que subir algunos peldaños, bastantes para ser realistas, pero en la cima está te espera una feliz recompensa.