Este negocio nuestro, en el que parece que todo el día hablamos de casas, es en realidad otra cosa muy diferente. El negocio inmobiliario y nuestra actividad más concretamente, comercializando viviendas, va de personas. Trata de servicios que se ofrecen a personas para que consigan un objetivo tan importante como el de gestionar bien una propiedad o comprar bien una casa. Hablando hace unos días con una clienta que quiere comprar una casa y realizaba una visita con un arquitecto de su confianza me contaba el miedo que tenía a tomar una decisión tan importante como la de comprar una casa. La inseguridad que siente al enfrentarse por primera vez a la movida que significa la compra más importante que hará en su vida, un camino que es probable que no vuelva a recorrer. Ella lo expresaba y mientras lo hacía en voz alta calmaba sus miedos, además, con las explicaciones que le aportábamos, se quedaba más tranquila. Y esto es gracias a un clima de confianza que consigues generar con esa persona. Así haces que sea capaz de transmitirte sus ilusiones, sus impresiones, sus necesidades y también sus inseguridades y miedos.

… pide un deseo! Cierra los ojos y pide un deseo! Bueno, si los cierras no podrás seguir leyendo… mejor cierra uno sólo. Creo que sé que has pedido! Puede ser que hayas deseado encontrar un buen comprador para tu casa? Alguien que sepa valorar lo bonita que es, que está dispuesto a pagar un precio justo por ella y que sea una persona decidida y con las ideas claras. Puestos a pedir, y si deseamos a alguien que la vaya a querer de ahora en adelante y a cuidar como lo has hecho tú, porque no estamos vendiendo cuatro paredes sino un espacio en el que te han pasado muchas cosas. Quizá han nacido tus hijos, has celebrado sonadas cenas con amigos, viste envejecer a tus padres… Qué sé yo, lo que está claro es que seguro que te apetece venderlo bien!